La pandemia del coronavirus ha tenido efectos sin precedentes en la vida cotidiana de los habitantes de la región de América Latina y el Caribe (ALC), con repercusiones especialmente graves en los hogares de menos ingresos. La emergencia sanitaria declarada por el Covid-19 ha trastornado los modelos de vida habituales.
La magnitud de la crisis ha reabierto en ALC algunos debates sobre la función del Estado, de la política en general y de las políticas públicas en particular. Hay voces que hablan del fin de la humanidad y otras dicen que nada cambiará. Lo cierto es que nos encontramos en un tránsito hacia sociedades que, en algunos aspectos, sufrirán reconfiguraciones a corto y mediano plazo en la región latinoamericana.
Al respecto, las proyecciones económicas de la CEPAL prevén una contracción del PIB regional de -5,3% para 2020, la peor caída de la región en los últimos cien años. Asimismo, se proyecta un aumento importante del desempleo, 12 millones más de parados en una zona que tiene ya un 53% de informalidad, lo que es especialmente grave. Recordemos que pocos países de la región cuentan con prestaciones de desempleo. Sólo en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay los trabajadores del sector formal tenían seguro de desempleo en 2019.
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